lunes, 19 de abril de 2010

MENTE – CORAZÓN



Por: Dolores Monzón Gasca
Hemos aprendido a  encerrar en  conceptos mentales y prejuicios nuestra vida. Conceptos que muchas veces, si no es que la mayoría, no van con nuestro Sentir. Y he ahí que entra la inconformidad de lo que vivimos, todo  lo que nos rodea se encuentra distorsionado por esos conceptos.
Se vive en una incongruencia entre nuestro pensar, nuestro sentir y lo que realizamos, es el desequilibrio completo entre estas dos partes de nuestro cuerpo: Cerebro (mente) y Corazón (sentimientos).

Y nos preguntamos  ¿Cómo y por dónde empezar?
 
¡Quiero ser una persona equilibrada!!
Hemos cerrado la puerta a una parte muy importante de nuestro Ser, la hemos sellado sin darle ninguna oportunidad. Tenemos a nuestro alcance la llave. No importa el género del ser humano, todos  tenemos en nuestro corazón el hogar de la INTUICIÓN.
Ella está presente  en nuestra existencia sobre este plano y espera  con amorosa paciencia que la escuchemos.
Surgen muchos conflictos al no reconocerla y al no aprender a soltarnos de sus manos.
Cuántas veces nos ha sucedido que cuando vamos  camino al trabajo o a casa y nos enfilamos por la ruta que ya tenemos trazada, pero algo nos dice que “no”, que “por ahí no, que giremos a la izquierda”; cuando siempre vamos hacia la derecha, y no hacemos caso y nos encontramos que la ruta está bloqueada.
Esto no es mala suerte ni culpa de otros, sino de uno mismo; esto es… no confiar en Ella.
Debo equilibrarme guiado por mi corazón/Intuición que no entiende de conceptos ni prejuicios, pues está conectada a la Divinidad,  donde todo es Amor y Perfecto; no entra la dualidad.
Toda decisión basada en nuestro corazón será perfecta para nuestra vida plena, en el Aquí y el Ahora.
Hemos perdido Salud y Paz por mucho tiempo - y el tiempo- es el momento de recuperarlos.
Debemos Sentir antes de pensar, buscarla dentro de nosotros; no busquemos  fuera; no seremos  con esto una persona débil, sino un ser humano poderoso, un ser humano equilibrado, que se convierte en observador. Ella nos guiará llevándonos a las sincronicidades perfectas, sólo hay que estar atentos a ellas, ¡no las perdamos!
En el lugar correcto y en el momento apropiado, ¡ahí es donde estaremos!
Ahí es  el escenario perfecto para nuestra realización.

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