Por: Gabriela Velázquez
Sigo con los cuidados de la tierra. No necesariamente tenemos que volvernos ecologistas, ni encadenarnos a los barcos pesqueros, pero podemos brindar más atención a nuestras acciones y comportamiento, especialmente los que vivimos en un hermoso puerto como el Puerto de Veracruz. Leyendo la gaceta de la UNAM me encontré con un artículo de Leonardo Huerta sobre los sitios más vulnerables ante el cambio climático, aquí les comento mis conclusiones:
Costas, las primeras en sufrir

Uno de esos resultados es la acelerada erosión de las playas, con la subsecuente destrucción de la infraestructura asentada en ellas” dijo Alfonso Vázquez Botello, del Instituto de Ciencias del Mar.
En el caso de Veracruz, cerca de la Laguna de Alvarado, el riesgo se debe a la orografía y la geología, ya que es constituida, no por sedimentos consolidados (rocas y acantilados) sino arenosos (playas muy bajas) y el efecto del aumento del nivel del mar sería devastador.
No solamente debemos preocuparnos por la elevación del nivel del mar, otro fenómeno que tiene que estar presente son los HURACANES.
México tiene más de 10,000 kilómetros de litorales y aunque no todos son vulnerables debemos tener en cuenta que los estados de Tamaulipas (zona Norte), Veracruz (Zona Sur) y Tabasco, en la zona del Golfo y la costa de Sinaloa, el sur de Oaxaca y la costa de Chiapas son cada vez más afectados por estos fenómenos cuya frecuencia y fuerza aumenta año con año.

En el sur de Veracruz tenemos cada año ejemplos similares; inundaciones, “nortes” cada vez más fuertes y devastadores.
En el mismo Puerto protegido por su privilegiada posición en el centro del Golfo, antes no se suspendían clases, ahora, cada norte nos impide salir de nuestras casas; porque si lo hiciéramos podríamos resultar lastimados por un árbol, por un cartel que arrancó la fuerza del viento, por la arena o golpeados por el fuerte oleaje.
Comencemos a tomar medidas preventivas porque, a pesar de las advertencias de los investigadores, en los lugares que se padecerán las consecuencias del cambio climático aún no tenemos un sistema de alerta. Debemos comenzar a respetar más nuestro puerto, nuestro terruño y ser más cautelosos en cómo nos comportamos socialmente, y sentir que vivir en un lugar de costa es un privilegio, por lo que debemos conservarlo.
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